lunes, 17 de junio de 2019

Reseña #10: Solo tienes que pedirmelo


Título: "Solo tienes que pedírmelo" Autor: Emily Blaine  - Editorial: Penguin Random House -  Capítulos: Siete Partes - Páginas: 298  - Goodreads

Sinopsis: Con una mirada, una sonrisa y un breve intercambio de palabras, Julianne casi ha logrado atravesar el muro que Cooper ha levantado a su alrededor tras la muerte de su mujer, Laura, con quien llevaba unido desde la adolescencia.

Ese muro le impide comunicarse incluso con su hija, Cecilia, que le reprocha constantemente sus silencios y a quien responsabiliza de que no sepa más acerca de su madre ausente y de la tristeza que tiene su hogar desde que ella era una niña.

En ese fortuito encuentro en la terraza de un hotel, se ha abierto una ventana hacia un futuro en el que la felicidad vuelve a ser posible. Cuando Julianne y Cooper se encuentren nuevamente de manera casual, ambos comprenderán que quizás el destino les tiene reservada una segunda oportunidad.


Comencé esta semana con un nuevo libro en mis manos, que terminé hoy mismo. No porque fuera un libro extremadamente bueno (de esos cuya historia es tan absorbente que no te dejan soltarlos), sino porque su historia es tan liviana y tan esperanzadora que no fue difícil seguir la lectura hasta el final.

El libro en cuestión se llama “Solo tienes que pedírmelo”, de la aclamada autora en Francia Emily Blaine y se encuadra dentro del género romántico. Es una historia que no sólo deja una sensación bonita en el corazón, sino que también te embarga de esperanzas (sobretodo cuando uno arrastra una historial amoroso no muy fructífero). Así que, como ya les comenté, no fue difícil de terminar dentro del mismo día.

La historia de esta novela romántica tiene como protagonista a Cooper Garisson, un exitoso y reconocido arquitecto que bordea casi los 40 años, padre de Cecilia una adolescente de 14 años, y cuya vida perdió el sentido, la dicha y todos los colores después de la muerte de su mujer. Cooper se abstrajo del mundo y para poder sobrellevar su pérdida se limitó a trabajar. Es dentro de esta dinámica que, por una casualidad de la vida (o más bien una planificación azarosa del destino) conoce a Julianne, con quien se entreteje el desarrollo de la historia, la que durante el transcurso de las páginas nos llena de calidez y ternura.

Esta historia desde el principio describe episodios de la vida del protagonista en el que se destaca principalmente su desolación, que nos lleva a entender que su luto es llevado hasta el extremo de una carente relación con su hija (la que se transformó en casi una desconocida para él) y una distanciada relación con su círculo cercano, que se limita a un compartir laboral y sobretodo superfluo, ya que Cooper levantó un muro interno de tal magnitud que no permite que nadie conozca el verdadero peso de su pena, de su angustia, de su rabia y de todos esos sentimientos que conlleva el luto y que son capaces de envolvernos en un mundo teñido de blancos y negros, en el que sólo destacan matices grises. Pero en la medida que la historia avanza vamos siendo testigos de un abanico de colores que se empiezan a abrir paso en la vida del protagonista que nos van llenando poco a poco de esperanzas.

Esta novela me gustó porque es liviana, tranquila y, como ya señalé, su lectura es fácil de seguir ya que la historia se va entretejiendo sola y avanza sin que le logres tomar el peso a las casi 300 páginas. Es una opción ideal para cuando necesitas hacer una pausa de libros más pesados, muy largos, densos o que cuentan historias complejas, ya que se lee rápidamente (yo me demoré 7 horas) y deja una sensación cálida en el corazón, de paz. Te llena de esperanzas, cuando estás pasando momentos duros en la vida, ya que indirectamente nos recuerda que siempre después de una tormenta desoladora, el sol vuelve a salir y que la vida siempre da segundas oportunidades (sería el mensaje que podría sacar del libro si es que hubiera uno).

Entonces, si andan en la búsqueda de un libro livianito, éste puede ser una opción buena.


Puntuación:


                                                                                                       Agradecimientos a @megustaleercl

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